viernes, 2 de enero de 2009

Manuel Miranda

RANKING CIUDADES GLOBABLES 2008: New York (1), México (25), Sau Paulo (31), Buenos Aires (33), Río de Janeiro (47), Caracas (51)

Pulsar la imágen para ampliarla.

Cada año se inventan nuevas estadísticas y "rankings" de países y ciudades en diferentes ámbitos, que abarcan el educativo, legal, tecnológico, condiciones de vida, económico, etc.

Retomando la emisión de dichos informes, arrancamos el 2009, con este interesante informe que nos proporciona la prestigiosa revista Foreign Police (FP), en cuanto a las ciudades "más globalizadas" durante el 2008.

Veamos la introducción al tema:

Los gobiernos diseñan las líneas generales de la globalización, pero, ¿ésta dónde se hace verdaderamente realidad? ¿Dónde se ven de forma más aguda los éxitos y los fracasos de la globalización? Dónde, sino en los sitios en los que la mayoría de la humanidad prefiere hoy vivir y trabajar: las ciudades. Las urbes más grandes y más interconectadas del mundo contribuyen a establecer las prioridades mundiales, sortean los peligros transnacionales y son los centros de integración mundial. Se convierten en los motores del crecimiento de sus países y las puertas de entrada y salida de los recursos de sus regiones. En muchos aspectos, la historia de la globalización es la historia de la urbanización.

Ahora bien, ¿qué es lo que hace una ciudad global? El propio término evoca un centro demando para los enterados. Significa poder, sofisticación, riqueza e influencia. Es sugerir que las ideas y valores de tu metrópolis influyen en el mundo. Y, en gran parte, es verdad. Las ciudades que albergan los mayores mercados de capitales, las universidades de élite, las poblaciones más diversas y mejor educadas, las multinacional es más ricas y las organizaciones internacionales más poderosas se relacionan con el resto del mundo como ningún otro lugar. Pero, más que nada, las urbes que ocupan los primeros puestos de la lista son las que siguen construyendo vínculos mundiales a pesar de que los entornos económicos son cada vez más complejos. Son las que consiguen sacar provecho a la urbanización ofreciendo amplias oportunidades de integración mundial a sus habitantes; medir la presencia internacional de las ciudades permite capturar la imagen más exacta de cómo funciona el mundo.


Mayores detalles, pulsar AQUI

CONCLUSIÓN:

No entiendo los motivos por los cuales Santiago de Chile se encuentre fuera de dicho índice, a pesar de que el país que representa (Chile) encabeza todos los "rankings" de desarrollo en latinoamérica.

Lo de Sau Paulo y Río de Janeiro en nada me sorprende, cuando todo el 2008 mandatarios relevantes de Estados Unidos, Rusia, China, etc. se han volcado a visitar esos lugares, debido al tamaño de Brasil, su producción de etanol y la influencia de su Presidente Luís Inacio Lula Da Silva.

México, de igual manera, por sus 25 millones de habitantes en su capital, su gran población en el resto del país que lo convierten en el "Gran Hermano" y su fatal cercanía con Estados Unidos de América.

Gran mérito para Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela y su Presidente Hugo Chávez, quien quierase o nó, lo que haga o deje de hacer constituye noticia de primera plana en todos los medios de comunicación del mundo que demuestran su gran influencia en todo el acontecer mundial.

Caracas, Venezuela, es el UNICO LUGAR "mono-productor" de petróleo "neto" que figura en el mismo, de ahí la importancia de que figure en dicho listado de 60 ciudades.

Mención especial para ciudad Ho Chi Minh, capital de Vietnam que irrumpe como "Tigre asiático".

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7:13 a. m. delete

Felicidades compañero!

aquí el brindis,

por el comentario,un correo

te he enviado

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Anónimo
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3:20 p. m. delete

LA CAUSA DE LA EMIGRACION MASIVA DE DOMINICANOS HACIA LOS ESTADOS UNIDOS Y EUROPA ES LA LARGA

PESADILLA DEL CAPITALISMO EN LA REPUBLICA DOMINICANA.

BREVE HISTORIA DE LA LARGA PESADILLA DEL CAPITALISMO EN LA REPUBLICA DOMINICANA

Las huelgas generales en los periodos de gobierno de Leonel Fernandez y el PLD han hecho temblar

a Leonel Fernandez y a la burguesía.

Luis Enrique Barrios

Hace unos meses se desarrolló una huelga general que prácticamente paralizó a la Republica

Dominicana, ello como protesta ante las duras medidas implementadas por el gobierno del

socialdemócrata Leonel Fernandez. El acatamiento del paro, de acuerdo al Comité de Huelga, fue de

un cien por cien en el interior del país y de un 97 por ciento en la capital de esta nación. Tal

resultado fue corroborado por los medios informativos locales.

La causa que motivo a las 60 organizaciones obreras, populares y estudiantiles que integran la

Coordinadora por la Unidad y Lucha (CUL) durante la asamblea del 15 de octubre a ir a la huelga

fue la renovacion de finales de agosto de una cuerdo entre el gobierno dominicano y el FMI para

obtener un préstamo de 1.200 millones de dólares (MUSD) Entre otras exigencias, a cambio del

préstamo, el acuerdo establece nuevas cargas impositivas y más recortes al gasto publico. Pero

dicho convenio sólo fue la gota que derramo el vaso, dado que esto sucede en medio de un contexto

económico que se ha trasformado en una insoportable pesadilla para los trabajadores dominicanos y

demás sectores oprimidos.

La larga pesadilla del capitalismo

Republica Dominicana, con una población actual aproximada de unos 9 millones, ha sido sometida a

una serie de profundas transformaciones económicas con un alto costo para las mayorías. En los

años 70 el principal sustento de la economía eran las exportaciones agrícolas, principalmente de

azúcar, café, cacao y tabaco. Durante esos años el 70 por ciento de la población recibía sus

ingresos de ese tipo de actividades. La caída de los precios internacionales de esos productos

más la falta de apoyos gubernamentales provocaron una baja significativa en la actividad del

sector, generándose flujos masivos de campesinos desesperados buscando alguna alternativa de vida

en las ciudades. Actualmente del total de la población dominicana, sólo el 40 por cuento vive en

el campo. Entre este ultimo sector, 750 mil familias son de campesinos sin tierras.
Los efectos de la "Década Perdida" (años 80) que sacudió a toda América Latina, obligó a la

burguesía dominicana a abandonar el modelo de sustitución de las importaciones y promover un

desarrollo basado principalmente en las exportaciones y en el turismo. Este modelo sería

apuntalado, para promover las inversiones foráneas, en el abaratamiento de los salarios, la

cancelación de derechos laborales y en una rígida política de ajustes en el gasto del Estado. El

gasto social en saludo, de 1980 a 1990, se redujo entre 60 y 70 por ciento, mientras que la

educación durante el mismo periodo pasó del 2.1 al 1 por ciento del producto interno bruto (PIB)

De acuerdo a un informe de la dependencia dominicana Comisión Nacional de Seguimiento a la

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, a finales de los años 80

"... la mitad de la población tenía ingresos por debajo de la línea de la pobreza, el 25% de la

misma se encontraba en situación de indigencia. Más del 60% de los dominicanos no tenían acceso a

los servicios públicos, además de tener un nivel de desempleo que alcanzó al 25% de la PEA"

Los ajustes impuestos por la burguesía y dictados por el FMI arrojarían sus frutos. Un balance

hecho par la misma fuente destaca que "En término de indicadores macro económicos, la economía

dominicana ha experimentado una mejora sustancial. De 1991 a 1995 el PBI dominicano a precio de

1970 creció a una tasa de 1.22% y en términos Per Cápita Real tuvo un crecimiento de 1.13%. En

junio de 1997 el PBI alcanzó un crecimiento de 6.9%, superando con 0.5 puntos la tasa de

crecimiento registrada el año anterior. En este resultado incidió el dinamismo de sectores de

comunicación, (16.6%), construcción (16.1%), electricidad y agua (11%), hoteles y restaurantes

(9.5%), transporte (8.1%), comercio (7.9%) y manufacturas (5.8)".

Sin embargo, como sucedió en toda América Latina, los logros económicos no significaron

prácticamente nada en beneficio de las mayorías dominicanas. Ninguno de sus problemas más

importantes fue resuelto, por el contrario los rezagos sociales se profundizaron dada, entre

otras cosas, la caída del gasto estatal. Por ejemplo, hoy en día aproximadamente el 60 por ciento

de la población no dispone de agua potable, además de que existe un déficit en vivienda de cuando

menos un millón de unidades.

Pero las cosas cambiarían a partir del estancamiento de la economía Norteamérica (principal

cliente de las mercancías dominicanas y relevante fuente de turistas hacia la caribeña nación) La

caída de las exportaciones y el menor dinamismo del sector turístico harían que, de acuerdo a

datos de la Banco Central de la República Dominicana, el déficit de la balanza de la cuenta

corriente, que en 1999 alcanzo un saldo negativo de 429 MUSD, se incrementara por encima del

doble alcanzado los 1 097 MUSD.

Leonel Fernandez y la crisis económica

El Dr. Leonel Fernandez llegó al gobierno, al frente del socialdemócrata Partido de la Liberacion

Dominicana (PLD) el 16 de agosto del 2004. Urgido por sacar a la economía de los aprietos optó

por el endeudamiento; por medio de esta medida dedicaría cuantiosos recursos a la remodelación de

puertos y aeropuertos, embellecer playas, etcétera con el objetivo de favorecer la

infraestructura de la industria en las zonas francas y del sector turístico, ambos puntales de la

economía dominicana. Tan sólo en el 2005 el 62 por ciento de los préstamos externos fue dedicado

a ese tipo de iniciativas.

Sobre esa lógica se ha movido el gobierno del PLD dándose como resultado que, de acuerdo con un

informe de septiembre del año en curso del Consejo Monetario Centroamericano, la deuda pasará de

tener un peso del 20 al 49 por ciento del PIB. Tan sólo para mediados del 2005 ya se había

empleado el 20 por ciento del gasto público en compromisos de pago de deuda.

Pero alguien tenía que pagar el costo de esa política, el FMI antes de prestar exige garantías de

pago. Para tal efecto Leonel Fernandez impondría en febrero del 2005 otra reforma fiscal, la

cual, entre otras medidas, significó que el IVA aumentará en un 50 por ciento y los combustibles

entre 40 y 100 por ciento. Dichas medidas tendrían un efecto fulminante sobre los niveles de vida

de las familias trabajadores pues acarrearon con ello una significativa alza de los precios de

los productos de primera necesidad. Posteriormente otras tarifas también se incrementaron, entre

ellas la del servicio telefónico y eléctrico.

Además, a pesar de que está registrado como obligación del Estado en la Ley de Hidrocarburos, el

subsidio para el gas domestico fue eliminada pro la vía de los hechos. La combinación de todos

estos elementos hizo que el costo de la vida se encareciera de forma alarmante: tan sólo durante

los meses que van de enero a septiembre del 2007 la inflación registro un aumento del 42 por

ciento.

Pero los salarios se han mantenido prácticamente estancados y por lo general sólo alcanzan para

cubrir el 15 por ciento de las necesidades más elementales de las familias.

A la par de este mal, los dominicanos han tenido que enfrentar un proceso de despidos que se ha

intensificado conforme pasan los días: con la intención de rescatar los benéficos los empresarios

ya habían empujado al desempleo al 20 por ciento de la PEA. Pero las cosas no pararon ahí, a lo

largo del 2006 y los primeros diez meses de 2007 se sumaron a las filas del desempleo otras 130

mil personas. Y se prevé, tal como están las cosas, que en el corto plazo serán despedidos otros

100 mil trabajadores.

El saqueo de República Dominicana

La privatización de la Corporación Dominicana de Electricidad abrió un nuevo cause para la rapiña

en contra del pueblo dominicano. Tras esa medida surgieron corporaciones como las trasnacionales

Unión Fenosa, de capital español, y la norteamericana AES. Ambas sometieron durante un largo

periodo a la especulación y el chantaje a la caribeña nación la cual, en sus distintas regiones,

ha tenido que padecer repetidos cortes de suministro eléctrico de hasta 20 horas. El objetivo de

estas maniobras era arrodillar al Estado para que acepten sus condiciones y lo lograron: Leonel

Fernandez, producto de estas presiones, firmaría un convenio con las trasnacionales de la

electricidad en el que acepta un incremento del 20 por ciento a las tarifas, al mismo tiempo que

acuerda el pago definitivo del adeudo en suministro del Estado y elimina los subsidios que

benefician a los barrios pobres. Ello representó un duro golpe para los trabajadores y demás

sectores oprimidos.

Pero el robo en contra de la República nos es la excepción, sino la norma. Al respecto los datos

hablan por sí mismo: en el periodo que va de 1995 al 2004 por concepto de Inversión Extranjera

Directa entraron al país 3 mil 936.9 MUSD, mientras que durante el mismo tiempo salieron 6 mil

667.7 MUSD en utilidades de transnacionales, pagos de deuda externa, etcétera.

La diplomacia pro imperialista

Pero no sólo su política económica y sus traumáticos efectos sobre las masas oprimidas han hecho

de Leonel Fernandez en el ser mas odiado de la nación, otro factor que también ha provocado la

rabia entre el pueblo dominicano es el descarado y cínico apoyo que el mandatario ha otorgado a

la política militarista e intervencionista del imperialismo yanqui sobre América Latina.

Al hecho de que actualmente se agrega un acuerdo conocido a principios del 2005 y que se firmo en

noviembre del año anterior en el que el gobierno dominicano acepta el desplazamiento de 10 mil

efectivos del ejército de los EEUU a su territorio con el objetivo de establecer una cabeza de

playa que sirva de receptáculo para las tropas imperialistas acantonadas en Puerto Rico. Todo

ello como parte de la estrategia de seguridad yanqui "Nuevos Horizontes".


La furia de las masas y el éxito de la huelga general

La combinación de todos estos elementos creó un ambiente explosivo entre las masas dominicanas.

Conforme los acontecimientos fueron ensombreciendo más y más el panorama, las muestras de

descontento se intensificaron, trasformándose cada vez más cruentas. La reacción del gobierno

ante estos actos ha sido bastante similar a la del periodo más oscuro de la dictadura de

Trujillo: tan sólo en los primero diez meses del gobierno de Leonel Fernandez el saldo de la

represión en contra de los manifestantes ya superaba a los más de 150 muertos.

Pero más que desmoralizar e intimidar, la represión ha servido para fortalecer el odio hacia le

mandatario y junto con ello el deseo de lucha de los trabajadores. Un ejemplo de ello fue la

movilización que se dirigía al palacio del Congreso Nacional para protestar contra la

privatización del seguro social y que fue disuelta a tiros por la policía; la reacción al otro

día fue el paro iniciado en todo el sector salud y al que se integraron otros sectores en varias

de las principales ciudades y que se extendió hasta que el gobierno cedió en sus planes. Tal

acontecimiento representó un importante revés para Leonel Fernandez y una importante fuente de

inspiración para las masas oprimidas pues dejo en claro que luchando de forma unificada se puede

detener la ofensiva de la burguesía.

No obstante ese resultado, el gobierno mantuvo firmes sus intenciones y en los meses posteriores

implemento más ataques y a cada acción de las masas siempre respondió con más represión la cual,

además de disolver las manifestaciones con tiros de fúsil, optó por aplicar medidas

"preventivas". Una ejemplo de esta política represiva fue la redada del pasado 6 de agosto en las

oficinas del la Central Nacional de Transportistas Unificados (CNTU) en el momento que los

sindicalistas mantenían una asamblea para definir acciones para protestar contra los altos

precios de los combustibles en este pobre pais. El resultado fue de cuando menos tres

trabajadores heridos de bala y otros seis arrestados.

El cerco policiaco solamente atizó más el fuego y las cosas llegaron a su límite cuando el

presidente firmo a finales de agosto un acuerdo con el FMI para un nuevo préstamo. Esta medida

llevó al su máximo la irritación de los dominicanos no sólo porque sabían que ello representaba

el que los ajustes económicos se recrudecieran, "el país necesita disciplina" declararía Leonel

Fernandez tras la firma del acuerdo, sino por que además dicho préstamo resultó de la necesidad

de cubrir el déficit del Banco Central producto de la escandalosa y fraudulenta quiebra de tres

bancos privados en el 2003, entre ellos Baniter, la cual dejó un boquete económico de 3 MMUSD ¡El

80 por ciento del gasto público!

Así la cantidad se trasformó en calidad y Leonel Fernandez, tras enfrentar, entre movilizaciones

y paros parciales, 350 actos de protestas a lo largo de su gobierno (según algunos estudiosos del

tema), se vio enfrentado a una fenomenal huelga general que abarco todo el país. Aunque el

presidente hizo todo para evitarla, por ejemplo un día antes de la huelga fueron detenidos 106

dirigentes en diferentes redadas a locales sindicales, sus medidas no fueron suficientes para

frenar la furia desbordada del pueblo trabajador dominicano.

La convocatoria, como lo explicamos en un principio, fue todo un éxito. En ella los trabajadores

enarbolaron reclamos en contra de la deuda externa, la política del FMI, contra los aumentos a la

gasolina, a medicamentos y las tarifas eléctricas. Además de exigir la reestructuración de la

industria eléctrica y aumentos de salarios.
La reacción de gobierno ante las manifestaciones de descontento en el transcurso de la huelga

general fue la de reprimir al movimiento dejando como resultado 20 muertos, un centenar de

heridos y aproximadamente mil encarcelados. La despótica actitud del régimen se fue moderando

conforme la jornada del 11 de noviembre transcurría dado la enorme fortaleza demostrado por los

trabajadores quines ese día dejaron en claro que en la Republica Dominicana no pasa nada sin su

autorización. De hecho bastó la simple amenaza de extender la huelga por otras doce horas más

para que el gobierno reaccionara dejando en libertad de manera inmediata a prácticamente todos

los detenidos. También otra muestra de temor hacia los trabajadores fue el anuncio del 12 de

noviembre en el cual Leonel Fernandez ofreció 100 MUSD de inversión para obra social.

Ante el éxito, y que es una de las lecciones más destacables de esta heroica jornada de lucha del

pueblo dominicano, un dirigente declararía que la huelga general "ha fortalecido la confianza del

pueblo trabajador en un movimiento social que van en ascenso" Ahora ese es el principal problema

que tendrá que enfrentar la burguesía dominicana y el imperialismo yanqui en su afán por seguir

saqueando y oprimiendo a los trabajadores de esa nación. Ahora se levanta frente a ellos, la

burguesía y el imperialismo, una clase trabajadora que ha comprobado que tan grande y poderosa

es. Una clase trabajadora con una moral y confianza tan alta que ni los asesinatos ni las

cárceles ha podido detener.

Tras la huelga general, es necesario ir más a fondo.

Menudo problema el que se ha echado a cuestas el arrogante y cínico Leonel Fernandez. Pobre

hombre, el 11 de noviembre no sabía ni en donde ocultar la cabeza. El presidente ahora enfrenta

un futuro incierto.
La huelga general representa un verdadero cambio en la situación de la lucha de clases en la

República Dominicana y al mismo tiempo es un anticipo de luchas más cruentas y de mayor

intensidad de las cuales seremos testigos en los próximos meses. La confianza adquirida por los

trabajadores por un lado y, por otro, las visibles muestras de enorme debilidad del régimen

evidenciadas ese día tendrán un peso relevante en los episodios que están por venir.

La dirección del movimiento, tras la huelga, optó por darle un plazo de 30 días al presidente

para que cumpla con sus demandas. Realmente ese es muy poco tiempo para solucionar los enormes

problemas de los sectores oprimidos dominicanos, pero nuestra afirmación no es porque pensemos

que es necesario ser condescendiente con el presidente y darle un poco más de tiempo, sino por

que estamos convencidos de que un año, o dos, o tres, o todos lo que se quieran son insuficientes

para que él u otro más brillante solucione los problemas de hambre, miseria y desempleo que

padecen los dominicanos. Esto es imposible dentro de los marcos estrechos del capitalismo, máxime

cuando se trata de un país atrasado económicamente, saqueado por las transnacionales y bajo el

control de una burguesía nacional con fuertes intereses que la unen con el imperialismo.

Considerando esta realidad, y si nos detenemos a reflexionar un poco sobre lo que ello representa

en un contexto de crisis de la económica mundial como la que hoy estamos padeciendo y para la

cual no se avizora una salida en corto o mediano plazo, podremos llegar a la conclusión de que

del gobierno de Leonel Fernandez, y el de cualquier otro régimen que se base en la propiedad

privada sobre las palancas fundamentales de la economía, no se puede esperar otra cosa más que

ataques a las condiciones de vida y trabajo de la inmensa mayoría del pueblo trabajador

dominicano.

El futuro, de seguir la burguesía y el imperialismo imponiendo sus condiciones, es más que negro

para las masas dominicanas. Las exportaciones, uno de los pilares de la economía, siguen bajando.

Ya en el 2006 los rubros más importantes de este sector reportaron graves retrocesos: textiles,

-11.6 por ciento; calzado, -15.6 por ciento y electrónica, -3.4 por ciento. El principal receptor

de estas mercancías es el mercado norteamericano, el cual ya encierra importantes dificultades

continuar jugando ese papel. Un ejemplo que ilustra claramente lo que estamos afirmando es la

baja en el uso de las tarjetas de crédito, la cual para agosto ya había generado una caída en

consumo del mercado norteamericano equivalente a 1,3 billones USD (BBC 110803) El desempleo y la

incertidumbre están teniendo malos efectos sobre la capacidad de consumo de las masas de ese

país.

Por ellos los pistones de la economía dominicana más que reactivarse se seguirán deteriorando,

teniendo ello un costo grave para los trabajadores. Esta posibilidad resulta doble si recordamos

que un requerimiento del FMI, como lo informo en Consejo Monetario Centroamericano en su reporte

de septiembre pasado, consiste en incrementar las tarifas eléctricas en un 60 por ciento. Ellos

por si mismo representará un golpe para la industria dado que los costes de producción se

elevaran, pero no sólo ello: Leonel Fernandez, para llevar a la práctica con éxito esa exigencia

ha dispuesto un recargo del 5 por ciento para las exportaciones. Con esta medida se pretende

recaudar unos 3 mil millones de pesos dominicanos para depositarlos en el Banco Central los

cuales estarían disponibles exclusivamente para, según dijo el secretario de Finanzas dominicano,

Vicente Bengoa, "básicamente para cubrir lo que es el incremento de las tarifas eléctricas" Claro

está, el incremento y ese impuesto los patrones trataran de cobrárselo a toda costa a los

trabajadores.

Por un programa de clase para los trabajadores dominicanos.

El gobierno de Leonel Fernandez y la burguesía no cederán en sus intenciones, por el contrario la

profundización de la crisis económica los forzará a profundizar los ataques. Ante ello es

evidente, como ya ha quedado de manifiesto, que las masas reaccionarán y lucharán. Este fenómeno,

más temprano que tarde, derivara en confrontaciones entre la burguesía y los trabajadores del

campo y la ciudad con dimensiones descomunales en las cuales todo lo que hemos visto en los

últimos años de la lucha de clases de la República Dominicana se quedará corto.

Por eso es necesario preparar al movimiento de los trabajadores para lo que se avecina, una

primera cuestión es la represión. No se puede confiar en lo más mínimo en el gobierno y la

burguesía, en un momento dado intentarán echar mano del terrorismo de Estado para imponer sus

condiciones sobre los trabajadores a un nivel semejantes al de la dictadura de Trujillo. Por ello

la CUL tiene que llamar a los trabajadores y a la población oprimida en general a formar comités

de autodefensa para repeler cualquier tipo de agresión policíaca. Las mas de centena y media de

muertos a manos de la policía y los siete compañeros masacrados durante la huelga general son una

muestra de hasta donde está dispuesto a llegar el gobierno de Leonel Fernández y el PLD.

Pero otra forma de confrontar a la represión es lanzando una intensa campaña orientada hacia la

tropa de la policía y de soldados, explicando pacientemente los nocivos efectos que la política

del régimen también han tenido sobre ellos y haciendo llamados a que se unan a que desobedezcan

cualquier de orden de los oficiales para disparar en contra de los trabajadores. También en la

propaganda habrá que hacer énfasis sobre la necesidad de soldados y policías para luchar por sus

derechos democráticos. Es totalmente posible ganar el apoyo de estos sectores de la sociedad para

la lucha contra la opresión. Y en la historia reciente de América Latina existen varios ejemplos

que lo demuestran: echemos una mirada a los acontecimientos revolucionarios de Ecuador de

principios del 2000 y, mas recientemente, de Bolivia. En ambos casos, en los que las masas

arrojaron del poder a su respectivo presidente, los soldados desobedecieron las órdenes de sus

oficiales y se negaron a disparar contra el pueblo enardecido.

Los acontecimientos que están por venir en Republica Dominicana serán de una magnitud muy

singular y amerita detenerse un poco a reflexionar sobre el camino a seguir de cara a armar a la

clase trabajadora de una serie de herramientas que le dé certeza al movimiento y que a su vez

impida que sea sangrientamente aplastado. Nos referimos al programa de lucha que en nuestra

opinión debe ser enarbolado en contra de Leonel Fernandez, la burguesía y el imperialismo.

Como ya explicamos más arriba, todos ellos forma una camarilla de socios que se han enriquecido a

costa de la sangre, el sudor y las lagrimas del pueblo trabajador dominicano; y la base sobre la

que se sustenta su poder es la propiedad privada sobre los principales medios de vida: las

fábricas, los trasportes, la tierra, los bancos, las cadenas comerciales, etcétera. Y el Estado

tiene como principal función la de proteger ese régimen de propiedad. Por ello es necesario que

la CUL enarbole un programa que llame a luchar por mejores salarios, contra los despidos, por la

cancelación de la deuda externa, etcétera, pero que a la vez explique la necesidad de que los

trabajadores tomen el poder derrocando al Estado burgués y eliminando la propiedad privada de las

principales palancas de la economía para ponerlas bajo el control democrático de obreros y

campesinos. Estas dos condiciones son las principales garantías para sacudirse de una vez por

toda la opresión y la explotación de la burguesía y el imperialismo sobre el pueblo dominicano.

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12:44 p. m. delete

Hola Manuel, pasé a desearte un 2009 lleno de alegría, metas a cumplir y de grandes logros en lo personal y profesional. ¡Un abrazo grande y muchas felicidades!

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