Escrito por: Pablo Mckinney (elbulevarconpablo@gmail.com)

Cuando leí la nota periodística pensé que era un error. Pero no.

El fiscal del DN, Moscoso Segarra, afirmó recientemente que Sobeida no podrá justificar la compra de dos apartamentos por valor de 43 millones de pesos.”

¿Por qué consideró uno que debía ser un error esta correcta declaración del funcionario?

Sencillo: Porque desde la creación de la República hasta ayer como a las once, la sabiduría popular aconseja “no hablar de sogas donde hay ahorcados”, “de gatos donde hay ratones”, “mencionar perros donde hay un gato.”

Pues, ¡claro!, que a partir de sus ingresos Sobeida no puede demostrar esa inversión. Pero la pregunta me surge terca, imprudente, anacrónica, despistada y torpe: ¿Sólo Sobeida? O acaso puede un empresario que en los últimos cinco años ha declarado pérdidas al fisco cambiar su Mercedes, y el de la doña y “la incumbente”, y seguir entre villas y atardeceres, entre golf y mulatas tan dadivosas como caras?

¿Cómo puede un compañerito llegar como clase media muy baja al Estado, y a los cuatro años, -con sueldos siempre inferiores a RD$100 mil- construir una fortuna de centenares de millones, que sus compañeros de partido conocen y hasta han disfrutado?

Claro que sabe usted de qué yo hablo. Y lo sabe el DEPRECO o como se llame. Y hablo en blanco y en morado, y en rojo, por supuesto: ellos fueron los maestros.

Entre la doblez y la hipocresía, esta sociedad vive en una gran mentira. Sólo que de cuando en vez, aparece un funcionario ingenuo, que, ¡cáspita!, de repente se encuentra con la lámpara de Diógenes, el cínico, pero sólo para alumbrar los casos de chicas como la Sobeida, ¡ay!, que por lo menos tiene la inocencia incuestionable de su cuerpo de diosa enamorada, como una Cleopatra que encontrara a Marco Antonio y no dijera nada; una Cleopatra que debe ser cristiana, pues sospecha uno, ¡ay!, don Radha, que el camino de su vientre, amén, sólo puede conducir a Roma.

Insisto, señor Fiscal, y pregúntele al DEPRECO: ¿Sólo Sobeida?

Fuente:

http://www.elnacional.com.do/opiniones/2009/9/14/26516/El-Bulevar-de-la-vida