jueves, 16 de abril de 2009

Manuel Miranda

Escogiendo un futuro mejor para las Américas.

Por considerarlo de interés, me hago eco del histórico artículo escrito por el Presidente Barack Obama de los Estados Unidos de América, en donde expone sus planes en cuanto al rumbo de las relaciones bilaterales con Cuba y el resto de los países de latinoamérica, previo a la V Cumbre de las Américas, aparecido en la edición de este día del periódico venezolano El Nacional en el cual destaco sus aspectos más relevantes:

Con motivo de la cita en Trinidad y Tobago, el Presidente de Estados Unidos escribió un artículo exclusivo para el Grupo Diarios de América en el que reconoce que su país no se ha preocupado por mantener relaciones saludables con sus vecinos

16 de abril 2009 | 08:55 am - Barack Obama/ GDA

Al acercarse la Cumbre de las Américas, nuestro hemisferio enfrenta una opción clara. Podemos superar los desafíos que compartimos con un sentido de unión en este propósito común o podemos seguir enfrascados en los trillados debates del pasado. Por el bien de todos nuestros pueblos, debemos optar por el futuro.

Demasiadas veces, Estados Unidos no ha buscado ni mantenido las relaciones con sus vecinos. Nos hemos dejado distraer por otras prioridades, sin darnos cuenta de que nuestro progreso está directamente vinculado al progreso en todo el continente americano. Mi gobierno se ha comprometido con la promesa de un nuevo día. Renovaremos y mantendremos relaciones más extensas entre Estados Unidos y el hemisferio, por el bien de nuestra prosperidad común y nuestra seguridad común.

Con antelación a la cumbre, hemos comenzado a avanzar en esa nueva dirección. Esta semana, modificamos una política hacia Cuba que durante décadas no ha logrado promover la libertad ni oportunidades a favor del pueblo cubano. En particular, prohibir que los cubanoamericanos visiten a sus familiares en la isla o les brinden recursos carecía de sentido, especialmente tras años de dificultades económicas en Cuba y los devastadores huracanes del año pasado. Ahora, esa política ha cambiado.

La relación entre Estados Unidos y Cuba es ejemplo de un debate en el continente que no sale del siglo XX. Para hacerle frente a nuestra crisis económica, no es necesario debatir si es mejor una economía rígida y dirigida por el gobierno o un capitalismo desenfrenado y sin reglamentar; es necesario tomar medidas pragmáticas y responsables que promuevan nuestra prosperidad común. Para combatir la criminalidad y la violencia, no es necesario debatir si la culpa la tienen los paramilitares de derecha o los insurgentes de izquierda; es necesaria la cooperación práctica para reforzar nuestra seguridad común.

Debemos optar por el futuro en vez del pasado, porque sabemos que el futuro ofrece enormes oportunidades si trabajamos juntos. Es por eso que líderes desde Santiago y Brasilia hasta Ciudad de México procuran renovar la Sociedad de las Américas para que alcance logros en asuntos fundamentales como la recuperación económica, energía y seguridad.

No hay tiempo que perder. La crisis económica mundial ha perjudicado mucho al continente, particularmente a nuestros pobladores más vulnerables. Años de progreso en combatir la pobreza y la desigualdad ahora están en juego. Estados Unidos está trabajando para promover la prosperidad en el hemisferio impulsando su propia recuperación. Al hacerlo, ayudaremos a estimular el comercio, la inversión, las remesas y el turismo que le dan una base más amplia a la prosperidad del hemisferio.

También necesitamos actuar colectivamente. En la reciente cumbre del G-20, los Estados Unidos prometimos buscar casi $500 millones en asistencia inmediata a poblaciones vulnerables, y a la vez trabajar con nuestros aliados del G-20 para asignar recursos considerables para ayudar a países a sobrellevar momentos difíciles. Hemos instado al Banco Interamericano de Desarrollo a que maximice los préstamos para reanudar el flujo de crédito y estamos listos para examinar la necesidad y capacidad futura del BID. Además, estamos trabajando para implementar normas estrictas y claras que sean apropiadas para el siglo XXI, a fin de evitar los abusos que causaron la actual crisis.

Al hacerle frente a esta crisis, debemos establecer nuevos cimientos para la prosperidad a largo plazo. Un sector que promete muchísimo es el de energía. Nuestro hemisferio tiene abundantes recursos naturales que podrían producir abundante energía renovable de manera sostenible, y a la vez, generar empleo para nuestra gente. En el proceso, podemos hacerle frente al cambio climático que amenaza con elevar el nivel del mar Caribe, reducir los glaciares andinos y producir potentes tormentas en la costa del Golfo de Estados Unidos.

Juntos, tenemos tanto la responsabilidad de actuar como la oportunidad de dejar un legado de mayor prosperidad y seguridad. Es por eso que estoy deseoso de crear una nueva Sociedad de las Américas en materia de Energía y Clima que nos ayude a aprender unos de otros, compartir tecnología, potenciar la inversión y maximizar nuestra ventaja comparativa.

Así como promovemos nuestra prosperidad común, debemos promover nuestra seguridad común. Demasiadas personas en nuestro hemisferio se ven forzadas a vivir con temor. Es por eso que Estados Unidos respaldará firmemente el respeto por el estado de derecho, la mejor observancia de la ley y la mayor solidez de las instituciones judiciales.

La seguridad de nuestros ciudadanos se debe promover por medio de nuestro compromiso de aliarnos con quienes combaten valientemente los carteles de drogas, las pandillas y otras redes criminales en todas las Américas. Y debemos empezar por casa. Si reducimos la demanda de drogas y restringimos el flujo de armas y grandes cantidades de dinero en efectivo a través de nuestra frontera sur, podemos promover la seguridad en Estados Unidos y en otros países. Y en el futuro, mantendremos un diálogo duradero en el hemisferio para asegurarnos de desarrollar prácticas óptimas, adaptarnos a nuevas amenazas y coordinar nuestros esfuerzos.

Finalmente, la cumbre le da a todo líder que ha sido elegido democráticamente la oportunidad de reiterar los valores que compartimos. Cada uno de nuestros países ha emprendido su propio camino democrático, pero debemos estar unidos en nuestro compromiso con la libertad, igualdad y los derechos humanos. Por eso anhelo que llegue el día en que todos los países del hemisferio puedan tomar su lugar ante la mesa, conforme a la Carta Democrática Interamericana. Y así como Estados Unidos va en pos de ese objetivo en su acercamiento al pueblo cubano, esperamos que todos nuestros amigos en el hemisferio se nos unan para apoyar la libertad, igualdad y los derechos humanos de todos los cubanos.

Esta cumbre ofrece la oportunidad de un nuevo inicio. La promoción de la prosperidad, seguridad y libertad a favor de los pueblos americanos depende de actualizar las sociedades del siglo XXI, sin adoptar las poses inflexibles del pasado. Ése es el liderazgo y la colaboración como socios que Estados Unidos está listo a proporcionar.





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