viernes, 22 de noviembre de 2013

Manuel Miranda

Ideas para salvar el Béisbol Invernal Dominicano.

Fórmulas simples para atraer fanáticos e interés por ese deporte.


Hace unos días, Walter González, el influyente editor de Cibaonews.com, comentaba que los Estadios estaban “vacíos” durante la presente temporada de Béisbol Invernal de República Dominicana, aprovechando para dar algunas sugerencias para que esa situación no siguiera repitiéndose.

En ese sentido le damos la razón al destacado comunicador y acogemos como nuestra esa inquietud.

Un campeonato de béisbol, con estadios vacíos, le quita vistosidad y “buena vibra” al desarrollo de cada uno de los partidos… El público, la fanaticada es la que aporta VIDA a ese evento.

El gran negocio del béisbol de invierno.

Actualmente nuestra Liga de Béisbol de Invierno es generosamente subsidiada, lo que les permite obtener jugosas ganancias económicas o por lo menos operar sin déficit.

Cuentan con el patrocinio de:

* El Estado dominicano:

Quien les cede gratuitamente el uso de los Estadios a los equipos actuantes, quienes no solo lo usan para el desarrollo del evento, también alquilan espacios para venta de bebidas, souvenirs y golosinas a la fanaticada. Así como también los espacios para la colocación de publicidad.

Aparte de ello, ese mismo Estado dominicano, se encarga del mantenimiento de esos Estadios y como si fuera poco, toda la utilería, publicidad, taquillas, etc. de esos equipos está exonerada de impuestos

Ese PRIVILEGIO asciende a decenas de millones de dólares

¡Negocio redondo!!

* El Béisbol de las Grandes Ligas:

Otro de los  grandes subsidios, es el generoso aporte realizado por los equipos de las Grandes Ligas del Béisbol de Estados Unidos (MLB) dirigido al equipo local con el cual tienen “relaciones de trabajo”.

Todos y cada uno de nuestros equipos de pelota invernal, cuentan con jugosos “acuerdos de trabajo” en donde ellos hacen prácticamente de “filiales”, recibiendo de todo, absolutamente todo: utilería, uniformes, instructores y jugadores, sin erogar un centavo.

Todo a cambio de que le permitan a sus “prospectos” venir aprender técnicas o desarrollar habilidades.

De ahí  es que ustedes se podrán dar cuenta el porqué se traen a unos supuestos “refuerzos” que batean “por el suelo”.

Estas contribuciones ascienden a decenas de millones de dólares.

* La publicidad en radio y televisión.

La venta de publicidad en los Estadios, radio y televisión, tanto nacional como internacionalmente, es lo que termina de “redondear” los ingresos de nuestros equipos de béisbol invernal.

¿Qué hacer para atraer fanaticada al estadio?

Como ustedes podrán ver a simple vista, el ingreso por taquilla a los Estadios, es lo de menos…  El verdadero ingreso, los verdades beneficios, las grandes ganancias, están en los renglones que les he enumerado anteriormente.

Pero, HAY QUE DARLE VIDA AL BÉISBOL, ya que sin fanaticada que abarroten los estadios, se pierde el entusiasmo, es como si le faltara sangre y oxigeno al cuerpo humano, en ese sentido propongo:

Dedicar partidos a organizaciones, clubes, instituciones académicas, etc.… Ya sea gratis o a mitad de precio, se le puede dedicar un día o un partido o juego por ejemplo a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Otro día, a una Junta de Vecinos.

Otro día, a x Liga infantil o juvenil de béisbol.

Otro día, a los empleados de x zona industrial.

Otro día, ¡! A los turistas!!

Otro  día, a los empleados públicos de x institución gubernamental.

Y así sucesivamente, coordinando directamente con las directivas de esas entidades.

También pueden hacer “acuerdos de colaboración” con esas entidades… Por ejemplo, con mucho gusto, los niños y jóvenes de las ligas infantiles les podrían servir de “recoge bates”, “mascotas”, etc.

Los chicos de Hogares Crea, con mucho gusto, les ayudarían con el servicio de cantinas, limpieza, etc.

CONCLUSIÓN:

Con estas medidas que propongo, salvamos al Béisbol de invierno de su muerte, por falta de fanaticada a los Estadios.

La fanaticada es la sangre con la que se nutre ese deporte.


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