Gracias a un pequeño gesto de la Magistrada Tavares, la Facultad de Ciencias Jurídicas del Centro Universitario Regional del Nordeste (CURNE) de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se convirtió en una de las Escuelas de Leyes más importantes de República Dominicana.
El pasado viernes 8 de Abril de este año, mi Jueza favorita: Dra. Margarita Tavares Vidal, a quien cariñosamente me atrevía llamar “Doña Margot”, se despidió físicamente de este mundo.
Mi relación con tan distinguida Magistrada fue breve pero muy fructífera, remontada en la ocasión en que el suscrito era un simple y mortal estudiante de derecho que se “auto invitaba” a los eventos organizados por el Comisionado para la Reforma y Modernización de la Justicia en donde tuve la oportunidad de “codearme” con prestantes juristas nacionales e internacionales… En uno de esos eventos, en la cual doña Margot participaba, aproveché para abordarla y hacerle algunos comentarios sobre la obra maestra Elementos de Derecho Procesal Civil, de la autoría de su padre el Dr. Froilán Tavares hijo y actualizada constantemente por ella y su hermano el Dr. J.R. Tavares.
Desde ese momento quedé impactado por su sencillez, jovialidad e infinita sabiduría… Mucho me alegró que luego de ese pequeño "conversao", al poco tiempo se convirtiera en una de las primeras mujeres en ser designada Juez de la Suprema Corte de Justicia.
Tiempo después, siendo el suscrito Presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho del Centro Regional (CURNE) de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), estaba haciendo algunas diligencias para dotar a la Biblioteca de algunos textos que necesitaba su estantería, ya que lo que se tenía era incompleto y desactualizado.
Para ello, acudí ante cierta Magistrada de la Suprema Corte, a la que consideré “puente ideal” para obtener colaboración de ese ente a la que pertenece, debido a que me conocía personalmente desde hace años, era supuesta amiga de mis familiares y su cercanía con el Presidente de la Suprema… Que al tratarle lo que perseguía, para mi sorpresa, simplemente “me la puso en Ganimedes”
Esa negativa de la Magistrada “amiga”, no me amilanó, pues con el apoyo del resto de la directiva, decidí “jugármela”: Redacté carta de solicitud y me apersoné directamente a la sede de la Suprema para entregarla a “persona autorizada”.
Para esa época, coincidía que los integrantes de nuestro más alto Tribunal de Justicia, estaban de gira por todo el país, seleccionando a los Jueces de los tribunales inferiores del Poder Judicial… Lo que provocaba que cuando estuvieran en sus despachos ubicados “en la Feria”, varios colegas (hoy jueces) se las pasaban cabildeando o haciendo “lobby” en los pasillos o en la antesala del despacho del Presidente.
A muchos les gustaba “acampar” en la puerta de entrada a los despachos, en espera de “girarle” al primer Magistrado Supremo que conocieran tan pronto hiciera su llegada (asedio que posteriormente obligó a los Magistrados habilitar otra entrada/ salida por la parte trasera del edificio)
Al llegar con mi correspondencia a la antigua sede de la Suprema, conversar con algunos amigos que trabajan en ese lugar y observar tan salamero proceder de esos “candidatos a Magistrados”… No tuve más remedio que intentar hacer lo mismo para entregar la misiva y dar la “vaselina” correspondiente para que la tramitaran.
Tan pronto me coloqué en “posición anotadora”, en ese mismo momento hacía su llegada Doña Margot a su despacho como toda “iluminaria del espectáculo” asediada por los “fans” que le gritaban “Magistrada, Magistrada” mientras la seguridad del edificio se los quitaba de encima… Como el suscrito anteriormente ya había tratado brevemente con ella, tan solo esperé que llegara a la puerta para audazmente darle el frente, abrir los brazos y decirle: “Doña Margot, ¿Cómo usted está?”… La reacción fue que me reconociera, sonriera, me contestara “muy bien” y corresponder el abrazo, ante la cara de sorpresa de la “fanaticada” y la seguridad...
Inmediatamente le expuse el motivo de mi visita, asintió y me tomó por el brazo para llevarme hacia su despacho desde el cual llamó a la señora Alicia Arbaje, asistente del Magistrado Subero para que le entregara la correspondencia y explicara los motivos de la misma…
El resultado del gesto de Doña Margot, se tradujeron en excelentes relaciones de colaboración entre la Suprema Corte y UASD - CURNE, consistente en apreciables donaciones de libros, suscripción gratuita a la Gaceta Judicial, Encuentro-charla entre el Presidente de la Suprema y los estudiantes de derecho, conferencia del Dr. Juan Manuel Pellerano sobre la Escuela de la Magistratura , charla-documental de los programas del Poder Judicial con la Magistrada Eglis Esmurdoc, donación de algunos implementos para el Estrado en donde se realizan los simulacros de juicios y otras facilidades… Que motivaron que otras entidades como el Comisionado para la Reforma y Modernización de la Justicia, Junta Central Electoral, Centro Financiero Nordeste entre otras instituciones y personalidades, aportaran otras tantas donaciones, colaboraciones o acudieran a impartirnos sus conocimientos. Por igual, que el Decanato le pusiera mayor atención a las necesidades de su Escuela de Derecho en San Francisco de Macorís e implementando cursos y post grados para beneficio de los juristas de la región nordeste y Cibao central.
Mientras que muchos juristas, políticos e intelectuales de fuste, todavía siguen prefiriendo al Centro Universitario Regional del Nordeste (CURNE – UASD) como “foro” para charlas, debates, conferencias y puestas en circulación de libros.
Gracias a doña Margot, la facultad de ciencias jurídicas y sus estudiantes del CURNE – UASD obtuvo muy buenos beneficios del Poder Judicial que dieron como resultado una exitosa generación de juristas que descollan en los tribunales dominicanos como políticos, abogados, jueces y fiscales.
¡¡Gracias eternas doña Margot!!
Descanse en paz y nuestras condolencias a sus familiares.