En este país no hay buenos y malos gobiernos sino buenos y malos precios del petróleo.
Rafael
Poleo
El
más reciente escándalo originado en la destitución del Magistrado Eladio Aponte y
Aponte, por sus reales o supuestos vínculos con el presunto narcotraficante
Walid Makled, ha originado reacciones diversas en los ámbitos militar, político
y jurídico en toda Venezuela.
Una
de ellas es la temeraria afirmación de que la Patria de Bolívar es un “narco-Estado”,
con todas las consecuencias y derivaciones que ello conlleva, tesis
recientemente retomada por mi amiga virtual Marianella Salazar.
¿Venezuela
un narco – Estado?
¡¡TODAVIA
NO!!
Por
la simple razón de que Venezuela es un país de inmensos recursos naturales,
siendo potencia exportadora del vital petróleo, con las reservas certificadas más
grandes del mundo.
En
la Patria de Bolívar la economía formal e informal, directa e indirecta, legal
y subterránea básicamente gira en torno al “oro negro” y sus fluctuaciones en
el mercado internacional, por estas sencillas razones:
- La
estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) es la principal empleadora directa, con una nomina de 98 mil trabajadores jugosamente compensados.
- Las
empresas contratistas nacionales e internacionales le suman otros 40 mil.
- Las
empresas empresas privadas procesadoras de lubricantes, aportan su cuota.
- Las
empresas privadas exportadoras de combustible, tornerías, fábricas de piezas
(rodamientos, tuberías, mangueras, etc.) también tienen su cuota.
- Una
gran tajada de ingenieros, técnicos, perforadores, geólogos, ambientalistas, mecánicos,
etc. que fueron despedidos de la misma PDVSA en 2002, también aportan millones
de dólares en divisas, al prestar sus servicios en el resto de los países productores
de petróleo.
- El Estado Venezolano mantiene una gran parte de su empleomanía, ejecuta
obras de infraestructura y aporta recursos al resto de las regiones por
intermedio de sus Alcaldías, Gobernaciones y Consejos Comunales, creando miles
de empleos directos e indirectos, gracias también a la cuota de PDVSA y los
impuestos que genera esa industria.
- La
industria minera y metalúrgica, también aporta miles de empleos adicionales.
- Eso
sin hablar de los cuantiosos recursos que aporta la “economía subterránea”
generada en la extracción y trafico de oro, diamante, plata y combustible
procesado… Que generan cientos de empleos informales extras.
- Ni
tampoco hablar de las duras y exageradas reglas impuestas a la banca, corretaje y canje de divisas que hacen muy difícil el “blanqueo de capitales”
CONCLUSION:
Venezuela es un PETRO ESTADO.
Contrario
a otros países que son verdaderos Narco Estados, en donde el trafico de drogas narcóticas
es “política de Estado” para mantener la nomina clientelar y los privilegios de
la “clase gobernante”.
Contrario
a otros paisajes, en donde la implementación del Narco Estado, hace que casi
toda la economía de un país, gire en torno a la producción, procesamiento y exportación
de drogas narcóticas hacia otros confines del mundo-
En
Venezuela, la economía gira básicamente en torno a los precios del petróleo en
el mercado internacional, asi como el volumen de producción y exportación… La
cual se complementa con su rica industria minera.
Es
cierto que por su fatal cercanía con Colombia, el mayor productor de drogas en
el mundo, sea forzadamente “territorio de transito” y que algunos sinvergüenzas se
presten a ello.
Pero
todavía está muy lejos de ser un paisaje “procesador y distribuidor”, en que la
droga sea “la base de la economía”, en donde no existan reglas claras que
eviten el “lavado de activos” y quienes se prestan a ello, todos los conozcan y
que estos puedan pasearse impunemente mostrando sus riquezas mal habidas.
¡¡POR
AHORA NO!!
Aunque
eso tampoco signifique que el Gobierno Bolivariano y sus organismos no le
pongan atención a la lucha contra ese crimen, muy en especial al comprobarse que todo
un Magistrado Juez Presidente de la Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia (TSJ) haya estado involucrado en ese flagelo.