Por el factor tiempo, nunca se hubiera “hecho justicia” contra los responsables del
robo de los terrenos de ese litoral, en doble perjuicio de todo el pueblo de
Pedernales.
"Mas vale una mala negociación que un buen juicio".
Aforismo jurídico.
Aforismo jurídico.
El bien común, Justicia y Seguridad Jurídica son los 3
principios básicos en que descansan las ciencias jurídicas.
Por ello cuando estamos ante un caso judicial no se pueden
poner las necesidades colectivas a expensas de los intereses de 2 o 3
personas….
Por esa razón es que la Justicia está representada en la
Diosa Temis, con sus ojos vendados, con sus manos, una sujetando la espada de la ley
y en la otra la balanza del equilibrio.
Mientras que la “seguridad jurídica” es la garantía de que
lo que han decidido los tribunales, los pactos o contratos, los documentos
públicos, las leyes, etc. serán respetadas por las partes.
Todos esos factores se tomaron en cuenta para darle solución
final al engorroso entramado judicial de Bahía de las Águilas…. Mediante hábil, inteligente y sabio
procedimiento de “Resolución alternativa de disputas” en base a las siguientes primicias:
Bahía de las Águilas “terrenos del Estado”
Antes que nada, debemos aclarar que esa zona en términos
legales NO LE PERTENECÍA A NADIE EN PARTICULAR al no encontrarse formalmente
saneadas, delimitadas y registradas ante el Registro de Títulos.
Los escasos propietarios originales, apenas estaban
amparados en documentos certificados por Alcaldes Pedáneos y Notarios Públicos,
no en el Certificado de Títulos, mientras que otros lo eran por la ocupación "pacifica e ininterrumpida"
Por esa razón, es que en teoría le pertenecen al Estado
dominicano, hasta que ese mismo ente no las adjudique por venta, donación,
regalo, permuta, etc. a favor de particulares o el Tribunal de Tierras diga lo
contrario mediante sentencia.
En este caso en particular, el Estado cede esos terrenos
mediante “reforma agraria” a favor de mil cuatrocientas noventa y una (1491) personas
entre ladrones reformistas, deudores, propietarios originales y legítimos adjudicatarios…
Hecho que origina el actual escándalo.
EL PROCESO JUDICIAL:
Los ignorantes que “exigen justicia”, reclamando el castigo
para los cuatreros reformistas, deben entender que eso hubiera sido INÚTIL ya
que para que eso fuese posible, había que pasar por todo este viacrucis:
Litis sobre terrenos registrados ante el Tribunal de
Tierras.
Antes de proceder juzgar a los ladrones, necesariamente hay
que determinar si el título de propiedad obtenido en la “reforma agraria” es o
no legitimo, ya sea adquirido de buena fe o de forma dolosa.
Para eso están los Tribunales de Tierras, jurisdicción que
desde su fundación en 1920, se toman SIGLOS para dictar sentencia definitiva e
irrevocable sobre ese aspecto…
Situación que se agrava considerablemente, ya que se tratan
de cerca de 30 kilómetros cuadrados de terreno y los adjudicatarios de los mismos,
ascienden a mil cuatrocientos noventa y una (1491) personas, que al fallecer
muchos de ellos + la presencia de litigantes temerarios + algunos perjudicados,
han ascendido a casi 9 mil reclamantes…
¡¡9 MIL RECLAMANTES MAL CONTADOS!! Que no es paja e coco.
Determinación de herederos ante el Tribunal Civil.
En ese sentido, ese aspecto del pleito, se retarda casi
indefinidamente, ya que al ser esa “reforma agraria” hace 17 años, muchos de
sus mil cuatrocientos noventa y uno (1491) originales adjudicatarios fallecieron… Lo que hace
que se abrieran CIENTOS DE CASOS ADICIONALES ante los Tribunales Civiles de
Demandas de Determinación de Herederos.
Para de esta forma, mediante sentencia definitiva e
irrevocable, los herederos pudiesen incorporarse como demandantes en el “gigapleito”
del Tribunal de Tierras.
Por esa razón, es que en el Pacto suscrito con el Estado
dominicano, es que no figuran muchos de los adjudicatarios, en espera de que
los tribunales civiles se pronuncien al respecto.
Demanda por Estafa ante los Tribunales Penales.
Ya definitivamente concluidas las megademandas en
determinación de herederos en los Tribunales Civiles y las “gigademandas” ante el Tribunal de Tierras.
Ya comprobada por sentencia definitiva e irrevocable, la
responsabilidad de los “robatierras reformistas”… Consecuentemente se procede a
la demanda ante los Tribunales penales por estafa y falsificación de documentos
para obtener el “castigo ejemplar” que pendejamente espera “la sociedad”
Cosa que sería INÚTIL porque si el caso lleva 17 años, con
los 20, 30, 40 o quizás 50 años extras que se llevara todo el proceso, esos
salteadores hubieran seguramente muerto, lo que haría que las causas criminales
sean declaradas “extinguidas” y archivadas definitivamente.
GANAR – GANAR COMO SOLUCIÓN
El remedio fue La “homologación” a favor de los propietarios
originales de los terrenos, el reconocimiento a los legítimos beneficiados y el
“perdón” a los cuatreros reformistas que se apropiaron de parte de los mismos.
Mediante la inteligente formula de aplicar “cuota-aparte”: En donde el Estado dominicano mediante decreto de "utilidad publica" "recupera” el 55 % de todas
las propiedades, "reteniendo" el restante 45 % para ser pagadas en efectivo a
esos propietarios, para ser revendida, quedado el Estado como “garante” ante
los terceros: Los futuros inversionistas.
Cualquier persona que tenga algún "interés" en esas tierras, tendrá que vérselas con el Estado dominicano y no con los futuros compradores.
Cualquier persona que tenga algún "interés" en esas tierras, tendrá que vérselas con el Estado dominicano y no con los futuros compradores.
Todos ganando, porque:
Tierras que NO VALÍAN UN CENTAVO antes de 1995, gracias al “asalto
reformista” que provoco la atención nacional e internacional y 17 años de
pleitos pendejos… Han adquirido valor extraordinario ascendentes a miles de
millones de dólares.
El Estado: Por las razones antes enunciadas.
El Estado: Por las razones antes enunciadas.
Los propietarios originales: Simples ocupantes pacíficos y los que tenían como prueba papeles
expedidos por Notarios y Alcaldes Pedáneos, “homologados” con el certificado
de títulos que los acredita como tales con el correspondiente dinerito con el
cual solventar sus necesidades.
Los legítimos beneficiados: Antiguos agricultores,
contratistas, solicitantes de viviendas, sucesores, etc. que con ese dinero
finalmente cumplen sus objetivos correspondientes.
Los salteadores reformistas: Que se evitan ir a la cárcel,
mientras reciben un dinero que no les corresponde.
El pueblo de Pedernales y todo el Suroeste: Porque
directamente están involucrados en el conflicto y quienes no lo estaban,
abrigan esperanzas de negocio propio, empleos e inesperado plus valor de sus
inmuebles colaterales o cercanos a las tierras en pugna.
El país: Porque se evita que a consecuencia de la larga e inútil
megabatalla judicial, los habitantes de Pedernales se cansen, abandonen y cedan
sus terrenos a los haitianos.
Los inversionistas: Porque el Estado dominicano proporciona
SEGURIDAD JURÍDICA haciéndose “garante”, expidiendo los legales títulos de
propiedad, concluyendo definitivamente el conflicto y evitando con ello futuras
“demandas temerarias”
CONCLUSIÓN: El bien común por encima de todo.
Muchas veces como abogado con el caso ganado de antemano,
hasta con sentencia ejecutoria en mis manos, tuve que sacrificar honorarios a
favor de las necesidades inmediatas de mis clientes.
Se ha consagrado en el Derecho Penal las “negociaciones” con
los acusados de crimen o delito, para que sirva de testigo para atrapar “al pez
mayor” o simplemente se declare culpable para agilizar el proceso judicial para
darle cabida y solución a otros casos en los tribunales.
En las ciencias jurídicas modernas, se ha consagrado la “resolución
alternativa de disputas” en todos los órdenes civil, laboral y penal.
Porque más vale una mala negociación, que un buen pleito en
donde pierdan todos… Ya sea por el factor tiempo, las necesidades de los
clientes y a favor de una sana, ágil y eficiente administración de justicia.
En este caso, lamentablemente hubo que negociar con los
secuestradores para “liberar” a los rehenes.
Perdonar a unos pocos a favor de la inmensa mayoría de inocentes beneficiados legítimamente,
a todo un Pueblo esperanzado en salir de
su ancestral miseria y por RAZONES DE SEGURIDAD NACIONAL respecto a nuestra soberanía
territorial y el tráfico ilícito desde y hacia Haití.
No hablamos de playitas, ni de 3 o 4 “gatos” ni de una sección
rural.
Hablamos de un caso en donde están involucradas más de 9 mil
personas, de toda una Provincia, de toda una región, quienes no pueden pagar
toda la culpa de los 2 o 3 asaltantes reformistas que se metieron al medio.
Sería irresponsable, convertirse en “villano de la miseria”
de Pedernales y el suroeste por coyunturas políticas, malvados intereses
internacionales y mezquinas "envidias" corporativas que no quieren “sana
competencia” en el sector turismo, aunque se joda todo el mundo y se haitianice la zona.
En nuestro próximo capítulo, hablaremos del entramado político
del caso.