El desplazamiento poblacional de los habitantes de Puerto
Rico hacia Estados Unidos, los ha convertido en "potencial "fuerza electoral.
“Buena suerte, mala suerte, ¿quién sabe?”.
-Adagio chino.
Bajo condiciones especiales como la de “territorio no
incorporado” los ciudadanos de Puerto Rico desde 1917 han disfrutado la
condición de ciudadanos de Estados Unidos con todos sus derechos, con excepción
del derecho a “elegir y ser elegidos” a Presidente y Vicepresidentes, así como
también ante la Cámara de Representantes y Senado Federal.
En base al “Estado Libre Asociado” que ostentan desde 1952, los “derechos” de estos
ciudadanos se circunscriben a su propio territorio en la isla de Puerto Rico, elegir
su propio Gobernador, Parlamento y cuentan con un Tribunal Supremo como
instancia máxima de justicia. Hasta cuentan con representación deportiva propia
e independiente en todos los torneos internacionales.
Sin embargo, esta situación cambia diametralmente cuando
estos “ciudadanos” deciden mudarse y establecer residencia en la plataforma
continental de Estados Unidos de América, donde pueden ejercer todos los demás
derechos que le están impedidos ejercer en su lugar de origen.
Origen de la debacle
de Puerto Rico
El “Estado Libre Asociado” le dio oportunidad a Puerto Rico
de tener Gobernador, con poderes y atribuciones similares a las de un Jefe de
Estado. Así como contar con “Poderes e instituciones” que le sirvieran de
contrapeso, fiscalización y dictara leyes propias.
Desde 1952 se rigen en términos prácticos como “país
soberano”, lo que les ha permitido contraer compromisos internacionales con
verdaderos países soberanos, con
instituciones u organismos internacionales
y personas o empresas particulares. Muy en especial la concesión de
créditos, empréstitos y emisión de “bonos” para supuestos o reales “planes de
desarrollo”.
Lamentablemente, Puerto Rico fue irresponsable rigiendo su
propio destino. En lugar de actuar como parte integral de la Primera potencia
económica y militar del mundo, para posteriormente merecer convertirse en el
Estado 51, actuaron como otra de las tantas “repúblicas bananeras” que pululan
en Hispanoamérica.
Incumpliendo con sus compromisos internacionales con una
deuda ascendente a 77 mil millones de dólares, e incumpliendo con sus propios
pensionados y jubilados al no disponer de los 50 mil millones de dólares que
durante años de trabajo han cotizado a la Seguridad Social.
Mientras que paulatinamente los demás servicios públicos
como seguridad, higiene, eficiencia en los servicios estatales, etc. Se han
deteriorado paulatinamente.
Ni hablar de la creciente corrupción administrativa que los
ha llevado a la ruina, de ahí que hayan preferido la emisión de “bonos”, en
lugar de “créditos” ante el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial o
Banco Interamericano de Desarrollo.
La emisión de “bonos”, les permite “manejo discrecional” del
dinero proveniente de los mismos. Lo que no ocurre con “los créditos”, cuyo
manejo del dinero estará bajo estricta supervisión.
Desde 2007 al 2017, las estadistas de “crecimiento
económico” han sido negativas.
Situación muy grave, que tuvo su “punto final” con los
devastadores huracanes María e Irma del año 2017, con saldo de destrucción
equivalente al lanzamiento de la bomba nuclear sobre Hiroshima. Dejando Puerto
Rico completamente destruido, despojándolo de servicios tan elementales como
electricidad y agua potable.
El desplazamiento
boricua hacia Estados Unidos.
Antes de la aparición de María e Irma, el desempleo en
Puerto Rico se ubicaba en más del 12%, que es el doble del resto de Estados
Unidos antes del ascenso de Donald Trump.
Como es una población de 3.5 millones, donde no todos están
en edad de trabajar, se estima que menos de un millón de personas tienen empleo
en la isla.
Aparte que para pagar los intereses de la deuda, los nuevos
impuestos han encarecido todo en Puerto Rico, a niveles superiores al resto de
los Estados Unidos.
Antes de estos huracanes, había empezado la estampida hacia
la plataforma continental en búsqueda de trabajo, como se demuestra con los
profesionales del sector salud, que abandonaban la isla a razón de 1 por día.
Luego de estos huracanes, esta estampida pasa a hecatombe migratoria, superior al histórico
“Éxodo de Mariel” de los años 1980, la cual fue de 125 mil cubanos.
Desde el 2017, han migrado “de un golpe” más de 200 mil
puertorriqueños y las proyecciones es de 500 mil. De esta cantidad, se calcula
que podrían quedarse como residentes definitivos en Florida entre 100 a 200
mil.
Actualmente, se estima que la población puertorriqueña en
Florida, ronda los 1.2 millones.
¿Qué tiene Florida
que atrae a los boricuas?
A pesar de que Florida es uno de los Estados “más caros” de
la Unión Americana, por sus onerosos pagos de alquileres, planes médicos, impuestos sobre la propiedad y pago de
seguros por cualquier cosa.
A pesar de que los boricuas en Florida, tendrían que viajar
largas distancias, ausencia de montañas, playas lejanas y prohibición de
“parrandas navideñas”
Según sondeos e indagaciones a varios puertorriqueños,
Florida es luego de su lar nativo su lugar predilecto, por varias razones:
Clima tropical semejante al de Puerto Rico, estilo de vida más tranquilo,
educación de mayor calidad gratuita, costos de electridad más bajos y comida más
barata.
Lo más atractivo para los boricuas, es la gran “estabilidad”
en los servicios estatales en Florida, donde los pagos por conceptos de
seguridad social, servicios, honorarios y salarios, les llegan completo y
puntualmente. Lo que les permite pagar sus cuentas y compras oportunamente.
A esto agregamos que los salarios son muy superiores.
Mientras que las dependencias estatales son más eficientes en el suministro de
equipos y material de apoyo a sus trabajadores.
Ventajas que Puerto Rico no ofrece.
La “fuerza emergente”
boricua.
Este desplazamiento de Puerto Rico hasta Florida, ha erigido
a estos ciudadanos en importante “fuerza emergente”, aunque no consolidada en “caucus”.
Ventajas:
-
Tan pronto formalizan residencia, adquirieren
automáticamente todos los derechos de “elegir y ser elegidos” a cualquiera de
los cargos públicos de los Estados Unidos.
Cosa que no acontece con los demás grupos étnicos hispanos,
que deben agotar un largo proceso burocrático para obtener la ciudadanía
americana y ejercer esos derechos.
-
Se les considera “la primera minoría hispana”,
con sus 1.2 millones de ciudadanos en Florida, a la par con los inmigrantes
cubanos.
Desventajas:
-
El éxodo no termina, muchos no se han asentado y
por ende no se han compactado
-
Los boricuas están muy concentrados “en
sobrevivir” luego de la tragedia que azotó su isla,
-
Les fastidia acudir a elecciones cada 2 años.
-
No entienden las diferencias entre republicanos
y demócratas, lo que hace que “dispersen fuerzas”.
Contrario a lo que acontece con cubanos y venezolanos,
quienes se han compactado como “caucus” en torno al Partido Republicano.
-
Provienen del segmento clase media baja, sin
incidencia en los medios de producción.
Contrario a los grupos étnicos cubano y venezolano,
provenientes de las oligarquías, que cuentan con bastos recursos económicos y
son propietarios de industrias, medios de comunicación y negocios diversos, que
eles permite influir sobre el resto de los grupos hispanos provenientes de
otros países y contribuir económicamente a las campañas de los candidatos.
-
Dada su inmadurez y dispersión política, no se
han constituido en “caucus” y “lobby” para defender sus intereses de clase.
Conclusión.
Aunque los boricuas, por su falta de madurez política, no
tienen suficiente fuerza para influir en elecciones Presidenciales, ya
demuestran tener la suficiente fuerza para imponerse en elecciones de menor
rango como las de asambleístas, concejales y legisladores distritales, cuyos
resultados se definen con un puñado de votos.
Muchos de ellos lo saben. Por ello formó parte del debate
electoral que el aspirante a Gobernador
por el Partido Demócrata, Jeff Greene, sea “tenedor de bonos” de Puerto Rico.
La candidatura demócrata de Darren Soto, para representante
por el Distrito 9 de Florida.
Y que hasta figuras como el controversial actor Osvaldo Ríos,
estén dando pininos para lograr algún puesto en el futuro.
Como dice el viejo adagio… La desgracia que ha azotado a los
puertorriqueños, puede ser augurio de muy buena suerte.
Pero también como dice el viejo adagio… ¡Quien sabe!! Si es
continuidad de la mala suerte... Depende de ellos si quieren ser “rehenes”
fácilmente manipulables de las restantes minorías o intereses políticos o
mercuriales… De ellos depende, trazar su propio camino, en sus manos está nuevamente
su destino en territorio continental de Estados Unidos de América.