lunes, 5 de noviembre de 2018

Manuel Miranda

Los “boricuas” ¿La fuerza emergente de Florida?


El desplazamiento poblacional de los habitantes de Puerto Rico hacia Estados Unidos, los ha convertido en "potencial "fuerza electoral.



“Buena suerte, mala suerte, ¿quién sabe?”.

-Adagio chino.



Bajo condiciones especiales como la de “territorio no incorporado” los ciudadanos de Puerto Rico desde 1917 han disfrutado la condición de ciudadanos de Estados Unidos con todos sus derechos, con excepción del derecho a “elegir y ser elegidos” a Presidente y Vicepresidentes, así como también ante la Cámara de Representantes y Senado Federal.

En base al “Estado Libre Asociado” que  ostentan desde 1952, los “derechos” de estos ciudadanos se circunscriben a su propio territorio en la isla de Puerto Rico, elegir su propio Gobernador, Parlamento y cuentan con un Tribunal Supremo como instancia máxima de justicia. Hasta cuentan con representación deportiva propia e independiente en todos los torneos internacionales.

Sin embargo, esta situación cambia diametralmente cuando estos “ciudadanos” deciden mudarse y establecer residencia en la plataforma continental de Estados Unidos de América, donde pueden ejercer todos los demás derechos que le están impedidos ejercer en su lugar de origen.

Origen de la debacle de Puerto Rico

El “Estado Libre Asociado” le dio oportunidad a Puerto Rico de tener Gobernador, con poderes y atribuciones similares a las de un Jefe de Estado. Así como contar con “Poderes e instituciones” que le sirvieran de contrapeso, fiscalización y dictara leyes propias.

Desde 1952 se rigen en términos prácticos como “país soberano”, lo que les ha permitido contraer compromisos internacionales con verdaderos países soberanos,  con instituciones u organismos internacionales  y personas o empresas particulares. Muy en especial la concesión de créditos, empréstitos y emisión de “bonos” para supuestos o reales “planes de desarrollo”.

Lamentablemente, Puerto Rico fue irresponsable rigiendo su propio destino. En lugar de actuar como parte integral de la Primera potencia económica y militar del mundo, para posteriormente merecer convertirse en el Estado 51, actuaron como otra de las tantas “repúblicas bananeras” que pululan en Hispanoamérica.

Incumpliendo con sus compromisos internacionales con una deuda ascendente a 77 mil millones de dólares, e incumpliendo con sus propios pensionados y jubilados al no disponer de los 50 mil millones de dólares que durante años de trabajo han cotizado a la Seguridad Social.

Mientras que paulatinamente los demás servicios públicos como seguridad, higiene, eficiencia en los servicios estatales, etc. Se han deteriorado paulatinamente.

Ni hablar de la creciente corrupción administrativa que los ha llevado a la ruina, de ahí que hayan preferido la emisión de “bonos”, en lugar de “créditos” ante el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial o Banco Interamericano de Desarrollo.

La emisión de “bonos”, les permite “manejo discrecional” del dinero proveniente de los mismos. Lo que no ocurre con “los créditos”, cuyo manejo del dinero estará bajo estricta supervisión.
Desde 2007 al 2017, las estadistas de “crecimiento económico” han sido negativas.

Situación muy grave, que tuvo su “punto final” con los devastadores huracanes María e Irma del año 2017, con saldo de destrucción equivalente al lanzamiento de la bomba nuclear sobre Hiroshima. Dejando Puerto Rico completamente destruido, despojándolo de servicios tan elementales como electricidad y agua potable.

El desplazamiento boricua hacia Estados Unidos.

Antes de la aparición de María e Irma, el desempleo en Puerto Rico se ubicaba en más del 12%, que es el doble del resto de Estados Unidos antes del ascenso de Donald Trump.

Como es una población de 3.5 millones, donde no todos están en edad de trabajar, se estima que menos de un millón de personas tienen empleo en la isla.

Aparte que para pagar los intereses de la deuda, los nuevos impuestos han encarecido todo en Puerto Rico, a niveles superiores al resto de los Estados Unidos.

Antes de estos huracanes, había empezado la estampida hacia la plataforma continental en búsqueda de trabajo, como se demuestra con los profesionales del sector salud, que abandonaban la isla a razón de 1 por día.

Luego de estos huracanes, esta estampida pasa  a hecatombe migratoria, superior al histórico “Éxodo de Mariel” de los años 1980, la cual fue de 125 mil cubanos.

Desde el 2017, han migrado “de un golpe” más de 200 mil puertorriqueños y las proyecciones es de 500 mil. De esta cantidad, se calcula que podrían quedarse como residentes definitivos en Florida entre 100 a 200 mil.

Actualmente, se estima que la población puertorriqueña en Florida, ronda los 1.2 millones.

¿Qué tiene Florida que atrae a los boricuas?

A pesar de que Florida es uno de los Estados “más caros” de la Unión Americana, por sus onerosos pagos de alquileres, planes médicos,  impuestos sobre la propiedad y pago de seguros por cualquier cosa.

A pesar de que los boricuas en Florida, tendrían que viajar largas distancias, ausencia de montañas, playas lejanas y prohibición de “parrandas navideñas”

Según sondeos e indagaciones a varios puertorriqueños, Florida es luego de su lar nativo su lugar predilecto, por varias razones: Clima tropical semejante al de Puerto Rico, estilo de vida más tranquilo, educación de mayor calidad gratuita, costos de electridad más bajos y comida más barata.
Lo más atractivo para los boricuas, es la gran “estabilidad” en los servicios estatales en Florida, donde los pagos por conceptos de seguridad social, servicios, honorarios y salarios, les llegan completo y puntualmente. Lo que les permite pagar sus cuentas y compras oportunamente.

A esto agregamos que los salarios son muy superiores. Mientras que las dependencias estatales son más eficientes en el suministro de equipos y material de apoyo a sus trabajadores.
Ventajas que Puerto Rico no ofrece.

La “fuerza emergente” boricua.

Este desplazamiento de Puerto Rico hasta Florida, ha erigido a estos ciudadanos en importante “fuerza emergente”,  aunque no consolidada en “caucus”.

Ventajas:

-          Tan pronto formalizan residencia, adquirieren automáticamente todos los derechos de “elegir y ser elegidos” a cualquiera de los cargos públicos de los Estados Unidos.

Cosa que no acontece con los demás grupos étnicos hispanos, que deben agotar un largo proceso burocrático para obtener la ciudadanía americana y ejercer esos derechos.

-          Se les considera “la primera minoría hispana”, con sus 1.2 millones de ciudadanos en Florida, a la par con los inmigrantes cubanos.

Desventajas:

-          El éxodo no termina, muchos no se han asentado y por ende no se han compactado
-          Los boricuas están muy concentrados “en sobrevivir” luego de la tragedia que azotó su isla,
-          Les fastidia acudir a elecciones cada 2 años.
-          No entienden las diferencias entre republicanos y demócratas, lo que hace que “dispersen fuerzas”.  

Contrario a lo que acontece con cubanos y venezolanos, quienes se han compactado como “caucus” en torno al Partido Republicano.

-          Provienen del segmento clase media baja, sin incidencia en los medios de producción.
Contrario a los grupos étnicos cubano y venezolano, provenientes de las oligarquías, que cuentan con bastos recursos económicos y son propietarios de industrias, medios de comunicación y negocios diversos, que eles permite influir sobre el resto de los grupos hispanos provenientes de otros países y contribuir económicamente a las campañas de los candidatos.

-          Dada su inmadurez y dispersión política, no se han constituido en “caucus” y “lobby” para defender sus intereses de clase.

Conclusión.
Aunque los boricuas, por su falta de madurez política, no tienen suficiente fuerza para influir en elecciones Presidenciales, ya demuestran tener la suficiente fuerza para imponerse en elecciones de menor rango como las de asambleístas, concejales y legisladores distritales, cuyos resultados se definen con un puñado de votos.

Muchos de ellos lo saben. Por ello formó parte del debate electoral  que el aspirante a Gobernador por el Partido Demócrata, Jeff Greene, sea “tenedor de bonos” de Puerto Rico.

La candidatura demócrata de Darren Soto, para representante por el Distrito 9 de Florida.

Y que hasta figuras como el controversial actor Osvaldo Ríos, estén dando pininos para lograr algún puesto en el futuro.

Como dice el viejo adagio… La desgracia que ha azotado a los puertorriqueños, puede ser augurio de muy buena suerte.

Pero también como dice el viejo adagio… ¡Quien sabe!! Si es continuidad de la mala suerte... Depende de ellos si quieren ser “rehenes” fácilmente manipulables de las restantes minorías o intereses políticos o mercuriales… De ellos depende, trazar su propio camino, en sus manos está nuevamente su destino en territorio continental de Estados Unidos de América.

















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