Les confieso que desde hace mucho, no me siento de humor ni entusiasmado en hablar de “política venezolana” por varios factores: Me siento muy agradecido de los venezolanos, he recibido muestras de aprecio, consideración, deferencia, respeto y amistad de chavistas; tengo muchos buenos amigos dentro de la “oposición democrática” y sobre todo, estoy cansado del circulo vicioso que ha sido el acontecer “político” en la Patria de Bolívar, que se ha agravado luego de la gran pérdida que fue la muerte del Presidente Hugo Chávez Frías.
No es cuestión de miedo, porque en Venezuela, hay mucha libertad de expresión, por ello me siento con la libertad de decirles:
Hay que dejarse de hipocresías, simulaciones, teatro, radicalismos y pendejadas. Hay que dejar de estar azuzando que sean terceros los que asuman las responsabilidades que le corresponden a la clase política dirigente venezolana. Hay que ser RESPONSABLE, pragmático, dar la cara al sol, cada cosa en su lugar, zapatero a tu zapato, al pan pan y al vino vino.
Venezuela requiere de NEGOCIACIONES SERIAS, HONESTAS, TRANSPARENTES, PATRIÓTICAS entre las partes, para lograr las soluciones que necesita.
Un PACTO DE HONOR ENTRE DAMAS Y CABALLEROS.
Esto no se resuelve con Asambleas Constituyentes, ni con Constituciones ni leyes, las cuales aquí, en Venezuela, Estados Unidos y Ganímedes, SIEMPRE son el producto del CONSENSO entre las partes o IMPOSICIONES del más fuerte. Los Parlamentarios usualmente aprueban lo que les ordena el líder. Las leyes o Constituciones con sus Instituciones o Poderes de Estado, requieren de VOLUNTAD POLÍTICA para que sean viables y deben construirse en cimientos de legitimidad para que sean acatables.
Esta situación se resuelve con un gran PACTO POLÍTICO, no con negocios debajo de la mesa, donde se benefician algunos y se perjudican todos… Ni mucho menos con PACTOS DE CORBATAS AZULES.
Es hora de que LA POLÍTICA sea la que se imponga, y no la politiquería barata.
Mi llamado es que las partes asuman LA POLÍTICA, EL HONOR y LA PATRIA como estandarte.
Elevemos plegarias a El Señor todopoderoso, para que la paz, la concordia, la sensatez se impongan. Bendiciones a todos.
Es cuánto.