Desde
el momento en que Donald Trump lanzó sus aspiraciones a la Casa Blanca en 2016,
proclamó continuar la “revolución conservadora” impulsada por las
administraciones de Ronald Reagan.
Esta
proclama es muy seria, tanto, que hasta iniciativas no tan conservadoras, por
lo novedosas como la “guerra de las galaxias”, se están llevando a cabo en esta
administración republicana.
La
“guerra de las galaxias”, se trata de la Iniciativa de Defensa Estratégica
(SDI), programa que fue “propuesto” por el Presidente Ronald Reagan el 23 de
marzo de 1983.
Según
Wikipedia: La IDE proponía un
programa de investigación y tecnología para el establecimiento de un escudo
defensivo ante un ataque soviético con armas balísticas estratégicas. La idea
original era la de establecer una defensa anti-misiles desde el espacio que
detectara la trayectoria de misiles balísticos y que pudiera destruirlos en
diversos puntos de su trayectoria. La tecnología para llevar a cabo esta
iniciativa, sin embargo, no estaba aún desarrollada y algunas de las ideas no
se llegarían nunca a llevar a cabo.
Esta iniciativa fue supuestamente “tirada a la
basura” en 1993, durante la administración del Presidente Bill Clinton, bajo el
alegato de “imposible”, “poco realista”, “acientífica”, y que el Presidente
Reagan “se inspiró en películas de su pasado como actor y en ideas futuristas
poco desarrolladas”.
Aunque retuvieron el argumento base de “defensa
contra la URRS”, creando Organización de Defensa de Misiles Balísticos (BMDO),
para cambiarla a Agencia de Defensa de Misiles (MDA), para desarrollar una red
de misiles antiaéreos “desde tierra” y no “desde el espacio”.
El programa “Guerra de las galaxias”, continuó
tal como fue concebido.
Los hechos demuestran que este programa,
continuó desarrollándose tal cual como fue concebido y propuesto por el
Presidente Ronald Reagan, aunque de forma ultra secreta y bajo el eufemismo de
la MDA, en combinación con la Agencia del Espacio (NASA).
Usualmente: Los descubrimientos y “nuevas
tecnologías” son de uso “militar” y posteriormente pasan “al mercado”, cuando
aparece otro invento que hace obsoleto y desechable el que se había
implementado.
El “público consumidor”, en términos prácticos,
compra y disfruta de “desechos militares”.
Desde que se anunció “la propuesta de guerra de
las galaxias”, la tecnología dio salto significativo con la aparición y
“masificación” de la telefonía móvil, internet, WIFI, computadores y teléfonos
“táctiles” con decenas de “aplicaciones” que van desde el “estado del tiempo”
hasta “geo localizadores”. Así como muchas otras tecnologías, como la
televisión digital.
Esto es claro factor que la “industria
tecnología militar” ha estado trabajando y avanzando arduamente, manteniendo e
implementando descubrimientos e innovaciones científicas hasta ahora en fase
“ultra secreta”, como el caso de los helicópteros en la operación Jerónimo contra Osama
Bin Laden,que prefirieron destruir antes que dejar abandonados.
El más reciente anuncio de la creación de la
“Fuerza Espacial separada de la Fuerza Aérea” es la consolidación del proyecto
“Guerra de las Galaxias”, por parte de Donald Trump, constituido en “discípulo
aventajado” de Ronald Reagan.
La Fuerza Espacial, será otra nueva división,
dentro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, en adición a las
“tradicionales”: Armada, Cuerpo de Marines, Guardia Costera, Fuerza Aérea y
Ejército.
Lo que significa: Que como toda una “División”
con voz y voto en el Pentágono: cuenta con hombres y mujeres altamente
entrenados, armamentos de potencia “inimaginable”, “bases” en el espacio o en
la luna y “naves” capaces de volar en todo el espacio.
Habría que determinar, a luz del derecho
internacional, si esta nueva “fuerza militar” cuenta con la anuencia de la
Organización del Atlántico Norte (OTAN) y el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas. Ya que todo lo referente “al espacio” nos afecta a todos.