sábado, 11 de diciembre de 2010

Manuel Miranda

Los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia, los “amos y señores” del Poder Judicial de la ex República Dominicana

El principio de “igualdad entre los jueces”, sustituido por “la subordinación y obediencia debida”, individual o colectiva hacia la Suprema Corte de Justicia



Introducción:

En vista de que el responsable de este blog, no puede presentar candidatura a los Tribunales Supremo, Constitucional, Electoral ni Cámara de Cuentas, (por faltarle en lo objetivo 2 años de ejercicio profesional, aunque en lo subjetivo ejerzo desde hace más de 30 años) y por ende, no poder usar de “tribuna” el escenario del Consejo Nacional de la Magistratura para denunciar los males que carcomen el sistema judicial dominicano, presento estos escritos que he titulado "Apuntes del Poder Judicial Dominicano", a la consideración de los aspirantes a esos cargos:

Historia Patria.

Cuando fueron impulsadas las reformas constitucionales de 1994, instaurándose el Consejo Nacional de la Magistratura y la carrera judicial para ingresar al Poder Judicial, fuimos muchos los abogados y estudiantes que ingenuamente nos llenamos de esperanzas, pensando que “por fin” los dominicanos disfrutarían de una justicia “profesionalizada e independiente”.

Posterior a ello, vino la conformación de la actual Suprema Corte de Justicia, que aunque no era lo que se esperaba, sus miembros fueron escogidos por “consenso” de las principales fuerzas políticas en aquel entonces, ya que prácticamente todos sus integrantes, previamente habían sido jueces, catedráticos, escritores y abogados de amplio y aceptable ejercicio profesional.

La conformación del resto de los tribunales dominicanos.

Tiempo después, se fueron de gira por todo el país, montando en escena un supuesto “concurso” para elegir al resto de los Magistrados que conformarían las Cortes de Apelación, Tribunales de Primera Instancia, Juzgados de Paz, Tribunales de Trabajo, Tribunales de Tierra y Tribunal Contencioso Administrativo.

Este humilde servidor, en aquel entonces, Presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (CURNE – UASD), fue tomado de pendejo y apoyó ese proceso…. Hasta me presté impulsar y promover que la entidad que dirigía, “sugiriera” candidatos...

Pero sin embargo, muchos profesionales y ex Magistrados probos, fueron desechados para darle cabida preferencial a los “recomendados” de los Partidos políticos y a uno que otro amigo, compadre, cachanchán o chulo de los actuales incumbentes de la Suprema Corte de Justicia.

Así mismo, se implementó “operación chapeo”, que puso fuera del Poder Judicial, a muchos Magistrados que cumplían cabal y responsablemente con sus obligaciones al frente de los Tribunales en que se encontraban designados.

Muy pocos profesionales de las ciencias jurídicas, de indiscutible formación académica y moral, pudieron ingresar o mantenerse en sus puestos.

Ese resultado, me desengañó, por resultar una farsa y burla, con la ñapa de les sirvió para que esos Magistrados pudieran “hacer fortuna” vendiendo sus libros a los aspirantes, ya que las preguntas formuladas a los candidatos, provenían fundamentalmente de esos textos.

Errores en la reforma constitucional del 1994.

La reforma del 1994, fue en cumplimiento al Pacto por la Democracia, suscrito entre las principales fuerzas políticas dominicanas, para zanjar el conflicto suscitado por los resultados de las elecciones generales del 16 de Mayo de ese año.

Debido a que las mismas, necesariamente debían ser ejecutadas antes del 16 de Agosto de ese mismo año, cuando asumían las autoridades electas y bajo la creencia de que "el Senado politizaba y corrompía la judicatura" se cometieron diversos errores y pifias, que beneficiaron enormemente a los actuales incumbentes Supremos, al incrementarles sus poderes de forma inaudita.

- La Suprema Corte designa a todos los demás Jueces.

Uno de los graves errores de la reforma del 1994 fue delegar en la Suprema Corte de Justicia, la selección y conformación de los demás tribunales judiciales que anteriormente eran atribución del Senado de la República.

Anteriormente los Senadores, elegían a TODOS LOS JUECES, incluyendo los de la Suprema Corte… En base al principio de “igualdad entre los jueces”.

De ñapa, los Magistrados Supremos, conservaron sus potestades disciplinarias, traslados de jueces y de mantener la “unidad jurisprudencial”.

A partir de ese momento, a parte de sus atribuciones de Tribunal Supremo y Corte de Casación, tendrían la potestad de Tribunal de Garantías Constitucionales.

- Eliminación del juicio político y destitución por el Senado.

Otra garrafal metida de pata, fue que la reforma del 1994, eliminó la potestad del Senado para enjuiciar y destituir a los Jueces de la Suprema Corte de Justicia por “faltas graves”

Lo peor, es que ese Consejo, tampoco asume dicha prerrogativa, contrario a lo que acontece con el Consejo Superior de la Magistratura de Francia, que si las tiene sobre los Magistrados de la Suprema Corte.

Los constituyentes en aquel entonces, debido a la premura que ameritaba esa reforma, le atribuyeron a nada más y nada menos que a esa Suprema Corte la potestad de ser “Juez y parte” sobre ellos mismos.

- La inamovilidad.

Y para darle el tiro de gracia, los constituyentes, no dejaron en claro en qué diablos consistía la llamada “inamovilidad” de los Jueces.

Todas estas metidas de pata, trajeron como fatal consecuencia que los actuales Magistrados de la Suprema Corte de Justicia, se erigieran en “amos y señores” del Poder Judicial, llegando al colmo de auto proclamarse VITALICIOS.

Vitalicios porque al proclamar “inconstitucional” la Ley de Carrera Judicial, se llevaron el período de 4 años “inamovibles” en sus puestos y que fuesen jubilados obligatoriamente al cumplir los 75 años de edad.

Igualmente al no poder ser juzgados disciplinariamente ni por el Senado ni por el Consejo Nacional de la Magistratura ni por ninguna otra instancia, a pesar de haber violado la Constitución de aquel entonces y el sagrado principio moral que dicta “Nadie puede ser Juez de su propia causa”

CONCLUSIÓN: Los Jueces de la Suprema, amos y señores del Poder Judicial.

Hasta el sol de hoy, los actuales Jueces de la Suprema Corte de Justicia se han erigido en los “amos y señores” del Poder Judicial en la ex República Dominicana, administrando ese importantísimo Poder del Estado como si fuese alguna “finca” particular, con sus respectivos capataces y “echa días” a quienes mandar y explotar a su antojo.

Precisamente ellos fueron los que sentaron el precedente, con la cual se ha erigido la actual Monarquía de Quisqueya, atribuyéndose privilegios y potestades que van más allá de lo moral, razonable y legal.

De ahí, es que los demás jueces de las jurisdicciones inferiores, les deban “lealtad perruna” y OBEDIENCIA DEBIDA (Por algo no es casual que un General (r), ex Jefe de Estado Mayor del Ejército sea el Director de la Carrera Judicial). Tanto por “agradecimiento” al Juez Supremo que promovió su designación y/o al “miedo” de no “contradecir el criterio” del Pleno, so pena de ser fulminantemente destituido o trasladado sin contemplación alguna o darle "bola negra" para los ascensos o no ser recomendados para optar a Jueces Supremos, conforme a la actual Ley de Carrera Judicial.

Ningún Juez de las jurisdicciones inferiores, se encuentra en condiciones de dictar justicia por criterio propio, "sin favor ni temor" sino cuenta con el "visto bueno" de sus "amos".

Por lo menos, anteriormente, cuando TODOS LOS JUECES eran designados por el Senado, muchos Magistrados de las jurisdicciones inferiores, podían darse el lujo de rechazar “líneas” provenientes de la Suprema Corte de Justicia, en especial aquella presidida por Néstor Contín Aybar... Al estos poder contar con la jurisdicción superior del Senado para poder dilucidar ENTRE IGUALES cualquier roce o “diferencia de criterio”

Anteriormente, la única diferencia, era en cuanto “al grado” que ocupaba cada quien, dentro del tren judicial.

Cosa que ni remotamente ocurre en la actualidad, ya que tal como expresamos al principio, fueron elegidos amigos, compadres y canchanchanes a quienes dominar a su antojo como marionetas, en los supuestos concursitos escenificados entre 1995 y 1996.

El "remedio fue peor que la enfermedad", al despojar a los Senadores de la potestad de chantajear Jueces para provecho propio, para otorgársela "por derecho hereditario" a la Suprema Corte de Justicia...

Dominación que ha sido extendida hacia la Escuelita Judicial de la Magistratura, que imitando a las cárceles latinoamericanas, en vez de “lugar de formación de jueces” es “centro de envilecimiento de aprendices, chopos, conserjes, mensajeros y secretarias” tal como trataremos en otro tema.

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